Paradójicamente se suele decir que el akidô es un arte marcial pacifista. Esto es así porque a diferencia de muchas otras artes marciales en el aikidô no buscas dañar o vencer a tu oponente, sino más bien utilizar su fuerza y energía para neutralizarlo sin hacerle daño físico ni humillarlo.
El aikidô es mucho más que un arte marcial. El aikidô es ejercicico físico, es autocontrol y es desarrollo humano y espiritual. El aikidô te enseña a relacionarte y convivir con los demás de forma asertiva, constructiva y no violenta.